“La pandemia del Covid 19 ha generado múltiples trastornos en nuestra vida personal, pero también nos ha permitido reflexionar sobre aspectos trascendentes ocultos por el vértigo en que vivimos. Uno de ellos se expresa en una palabra maravillosa con la que Aristóteles inmortalizó el nacimiento de la Filosofía, literatura e historia: admiración (en griego thaumazein). En el fragor de los problemas cotidianos, en los desafíos que día a día enfrentamos por ser nosotros mismos y encontrar la felicidad, olvidamos su enseñanza imperecedera. Escribe en el inicio de su Metafísica: “Pues todos comienzan, según hemos dicho, admirándose de que las cosas sean así” (Libro I, 983, a 14). Este sentimiento de admiración ante el mundo y ante el hecho de nuestra vida es el que a menudo olvidamos y deberíamos rescatar.”
Compartimos la nota de Alejandro Poli Gonzalvo, miembro del Consejo de Administración de la FOGA.